jueves, enero 26, 2012

#5

Tanto qué decir...

Hace dos noches me torturó. Lo hizo, claro, porque lo quería de esa manera. Sus órdenes son precisas, me gusta la firmeza que emplea para denigrarme la piel. Me puso ambas pinzas en los pezones, dejándolas un buen rato ahí, mientras yo me dolía sin emitir sonido ni gesticular. Me dolió bastante, pero mi labor no es preguntar, sólo hacer, y cumplí. Después me quitó las pinzas pero no duró mucho tiempo el descanso. 

¿Qué le voy a hacer, si quería más? Me dejó tocarme un poquito, sólo un poquito... mientras mi dolor se tornaba en flashes intermitentes de consciencia. Así jugó conmigo ("no puedes penetrarte, ni venirte") mientras yo hacía lo posible por no correrme del gusto.

(...)

Y me vio tan ansiosa, tan puta, que me dio permiso -antes del tiempo establecido- de masturbarme y venirme. Me encantó la tarea, por cierto. Primero me tendí en la cama, abrí las piernas y desabotoné la blusa y el pantalón. Lo divertido consistió en grabar mi voz para posteriormente mandársela. Me excité casi inmediatamente, al repetir el mantra. Señor, soy tu putita, soy tu perra... Soy tu perra, soy tu perra, ¡amo! sí, sí, sí, ya casi, ya casi me vengo amo... ya casi, sí, sí, más fuerte, ah, ah, soy tu perrita, amo, ah, síi, siiii, aaaah... Tan perra seré que nomás de escribirlo ya me estoy calentando.

¡Mi amo es tan bueno, tengo tanta suerte de pertenecerle! En ese momento quería tragarme toda su gran verga de agradecimiento, sin órdenes de por medio, así nomás, de golpe hasta el fondo. Succionarle todo el semen a golpes de lengua y paladar.


Después tuve que maquillarme de la putita que soy, y fotografiarme con el collar y la mordaza que me puso. Tomé una buena cantidad, eliminé como la mitad y puse a su disposición las sobrantes. Me conflictúa fotografiarme porque no encuentro los ángulos adecuados, además de que es difícil hacerlo sola. Ahora, tomarme fotos de este grado me es nuevo porque aunque ya lo había hecho por mi cuenta, no lo hacía con el maquillaje de trabajo. Y una cosa es que a esto me dedique y otra muy distinta que me agraden los resultados. Aún así, me puse los ojos morados, los chapetes marrones y los labios rojitos, dándome incluso el lujo de las pestañas postizas. Es raro verme tan seria, tan... ¿solemne es la palabra? No se ponen de acuerdo mis ojos, porque llaman sin provocar. Al final me sentí tan ridícula...!

¿Mi mejor momento ayer? Cuando llegó mi amo y me dio un par de palmadas en la cabeza, mientras movía la cola, diciéndome que había hecho un buen trabajo.

Tengo mucha tarea pendiente, así que seguiré en ello. 

Todo por el bendito momento en que se le ponga dura.

1 comentario:

Everybody now! Wriiiiiinch: