lunes, enero 30, 2012

Ligera filtración

Tengo la extraña costumbre de soñar a las personas un día antes de verlas. También tengo la extraña costumbre de soñar que las beso una noche antes de besarlas o establecer contacto físico con ellas. Hoy no fue una de esas ocasiones.

Hace unas noches se había colado subrepticiamente en mi cama, para mi total desconcierto. Con su voz que era una oración salida de cualquier paraje llano me dijo algo parecido a: "aquí estoy, vine por tí". Se sentó a mi lado, con su pijama holgada y sus manos frías, y después de observarlo un momento él decidía tomar mi cara (fue como descubrí su temperatura) y besarme con naturalidad. Luego masculló algo que entendí o quise entender como "ahora estamos saliendo" y se tendió invitándome a su lado en la camita individual en que duermo.
Mis ojos dejaron de ser ojos para ser estrellas. Apreté los brazos mientras mis pensamientos se diluían en la calidez de la cercancía con su cuerpecito.
En la mañana me ardían los ojos, me dolían los labios. Al mover la lengua un sabor ajeno me devolvió los buenos dias. 
Por acto reflejo, apreté los ojos de vuelta.

jueves, enero 26, 2012

#5

Tanto qué decir...

Hace dos noches me torturó. Lo hizo, claro, porque lo quería de esa manera. Sus órdenes son precisas, me gusta la firmeza que emplea para denigrarme la piel. Me puso ambas pinzas en los pezones, dejándolas un buen rato ahí, mientras yo me dolía sin emitir sonido ni gesticular. Me dolió bastante, pero mi labor no es preguntar, sólo hacer, y cumplí. Después me quitó las pinzas pero no duró mucho tiempo el descanso. 

¿Qué le voy a hacer, si quería más? Me dejó tocarme un poquito, sólo un poquito... mientras mi dolor se tornaba en flashes intermitentes de consciencia. Así jugó conmigo ("no puedes penetrarte, ni venirte") mientras yo hacía lo posible por no correrme del gusto.

(...)

Y me vio tan ansiosa, tan puta, que me dio permiso -antes del tiempo establecido- de masturbarme y venirme. Me encantó la tarea, por cierto. Primero me tendí en la cama, abrí las piernas y desabotoné la blusa y el pantalón. Lo divertido consistió en grabar mi voz para posteriormente mandársela. Me excité casi inmediatamente, al repetir el mantra. Señor, soy tu putita, soy tu perra... Soy tu perra, soy tu perra, ¡amo! sí, sí, sí, ya casi, ya casi me vengo amo... ya casi, sí, sí, más fuerte, ah, ah, soy tu perrita, amo, ah, síi, siiii, aaaah... Tan perra seré que nomás de escribirlo ya me estoy calentando.

¡Mi amo es tan bueno, tengo tanta suerte de pertenecerle! En ese momento quería tragarme toda su gran verga de agradecimiento, sin órdenes de por medio, así nomás, de golpe hasta el fondo. Succionarle todo el semen a golpes de lengua y paladar.


Después tuve que maquillarme de la putita que soy, y fotografiarme con el collar y la mordaza que me puso. Tomé una buena cantidad, eliminé como la mitad y puse a su disposición las sobrantes. Me conflictúa fotografiarme porque no encuentro los ángulos adecuados, además de que es difícil hacerlo sola. Ahora, tomarme fotos de este grado me es nuevo porque aunque ya lo había hecho por mi cuenta, no lo hacía con el maquillaje de trabajo. Y una cosa es que a esto me dedique y otra muy distinta que me agraden los resultados. Aún así, me puse los ojos morados, los chapetes marrones y los labios rojitos, dándome incluso el lujo de las pestañas postizas. Es raro verme tan seria, tan... ¿solemne es la palabra? No se ponen de acuerdo mis ojos, porque llaman sin provocar. Al final me sentí tan ridícula...!

¿Mi mejor momento ayer? Cuando llegó mi amo y me dio un par de palmadas en la cabeza, mientras movía la cola, diciéndome que había hecho un buen trabajo.

Tengo mucha tarea pendiente, así que seguiré en ello. 

Todo por el bendito momento en que se le ponga dura.

viernes, enero 20, 2012

#4

No tengo sueño. Señor, dulce señor, benévolo dueño de mis orificios. Benévolo, porque todo es por su bien que es el mío. Porque yo me regocijo al complacerle con esta boca, estas letras, todo este cuerpo que le pertenece.

Aún no recupero el ritmo pausado de mi respiración anterior a su voz en mi oído, mis (sus) dedos penetrándome, sólo un poco, un poquito (de tí para mí). Mayor elogio no encontré de sus labios, que la orden: "tócate".

Gracias.

 Estoy mareada pero, tranquila, iré a dormir.

jueves, enero 19, 2012

#3

Anoche no me porté muy bien. Y no precisamente porque haya desobedecido, no, sólo fue una ligera vacilación. Nada más que eso, un breve momento de molestia, de desacuerdo.

Me valió para mi primer... ¿sodomía?, sí. Eso. No fue tan malo como lo imaginaba, en realidad. Es una sensación extraña, pero dado que ya estaba excitada para ese momento, me resultó placentera. Mis clientes no habían tenido la curiosidad de pedírmelo, en general eran hombres de miembros apresurados que entraban y salían con la misma premura que le daban el beso de los buenos días a sus quimeras embatadas, o eso me imagino. Porque si una mujer no aguanta ni para un faje rápido, probablemente sea de aquellas que donde miran, duelen. Total.

Todo fue mi señor no me dejó tocarme. Yo no estuve tan de acuerdo y así fue como me castigó, mi primer castigo. Valió la pena, porque siempre había sentido curiosidad y ahora creo que podré aficionarme...Quiero más.

Fue frustrantemente delicioso, yo ahí bocabajo, desnuda de la parte inferior de mi cuerpo gritando desde el charco en mi entrepierna: por favor, hazlo, hazlo ya. Así me quedé dormida, afortunadamente.

miércoles, enero 18, 2012

#2

Buenas noches, amo.


Me seduce ser tu inocente, cálida esclava. Tu jovencita, la cachonda niña.
Pero tú lo habías dicho, ya soy toda una mujer, y una especialmente dispuesta a complacerte.

No olvides mirujearme al mediodía.




 Tu putita.


[A eso de las 3 a.m.]

#1

Resúltase ser que al abrir los ojos desperté atada.

Todavía está oscuro. Mi dueño (sí, ahora soy de él, de ese hombre que me ató por las muñecas) me ha explicado las sencillas reglas si pretendo servirlo. Estoy acostumbrada a trabajar fuera de toda ley, pero para variar resulta tranquilizador ser una esclava. Su esclava. 

No me queda duda de que estaré protegida con él, me hace sentir segura. Me gusta pertenecerle a alguien más, que él mande en mi coño, mi culo, mi boca. Me ha dado además la libertad de seguir trabajando, es tan magánimo, tan comprensivo... sólo debo pedirle permiso antes, es todo. Mejor no pudo haberme ido. 

Tengo las manos frías, pero ya estoy bastante emocionada, las piernas bien abiertas. La boca bien abierta.

Él me enseñará lo que sea necesario, ahora que estoy bajo su custodia y entrenamiento.

Yo soy tan buena alumna, tan ansiosa de aprender... 

Soy su putita, su lolita. Él es mi dueño, aunque no me pertenezca.


Si requiere usted algún servicio, favor de solicitarlo en caja. El trámite demora un día hábil.

martes, enero 17, 2012

Oreja nefasta

Yo, en medio
de dos irrisorias
surrealidades.

En eeeeeeeeeeeesta esquina...!
De
Ja
Vu.

Yo pensaba...
      -Aaaah, ¡me muerdes!.-
Pero es que tú...
     -Princesita hermosa, linda.-
Luego ya no me dijiste...

                                           Ya es tarde.

Es que somos dos.
(Pero si a mí me mataran
por aquellas veces
que lo argumenté...!
Cansinas reencarnaciones
en la misma nausea.)


Rumian los labios
arjónidos lugares,
abúrridas palabras,
predécibles gestos.

Aaah, el fresco olor
del amor estúpido
por la tarde...!

Por allá
las azules garras
de su bohemia voz
              persisten.


Me marea.
    -No, gracias, ya no tengo hambre.

miércoles, enero 11, 2012

14

Nadando en aguas blancas
Cristalinas
Ajenas, no potables.

Así la habia encontrado,
abriendo la boca
                   al no líquido.

Nosaboreando.
       Nodeglutiendo.
                   Nobuceando.


Mientras nocortaba
la silente cuerda
todo era agua.


Toda era agua.

jueves, enero 05, 2012

En algún pasillo

Ven , donde me puedas ver.
Donde sepas que agonizo,
que me quebra
la lánguida manecilla
de tu tiempo (inexistente).

En tu absurdidad estriba
un murmullo acordonado
         una muesca
la sonaja en tu garganta,
los pasos en mi cabeza,
el tumulto.

Son las 3,
y vine en otras manos
       o en las mías...


             Oscuramente
te des-espero.

miércoles, enero 04, 2012

Podría ser cualquier día

El año 2011 fue, en varios aspectos, un ciclo complicado para mí. Tenía todas las ganas del mundo de avanzar, me sentía ansiosa de ello, de cambio. Y en efecto, hubo cambios. No llegaron como los esperaba, o en el momento que los pedí, pero ahí estuvieron.
De todo esto aprendí que me hacía falta crecer. No es que ahora sea grande y madura, pero tuve la oportunidad de golpear duro a mi ego, de cuestionar todo aquello que me hacía ser yo, de perderme en un mar de ideas contradictorias, ninguna de ellas agradable.

Me enamoré.

Y eso consigo me reveló más aspectos de mi persona como el hecho de que fue mi primer enamoramiento serio. Caí (literal) en el marasmo de los fantasiosos. Durante ese brevísimo lapso de tiempo me sentí absurdamente feliz, mientras los siguientes meses del año me dediqué a recoger los pedazos de mí que se salvaron del brusco aterrizaje en la realidad. 
No, no culpo a nadie sino a mí de todo. Refraseando, no responsabilizo a nadie. Él sólo no ayudó, pero maldecirlo infinitamente es una labor injusta y por demás infructuosa.
Caí de lleno porque así lo había decidio. Y me agradezco esa decisión porque 1) sentí el dulce sabor del enamoramiento en toda su expresión, y 2) me reconocí en ese nuevo ámbito, con todo y mis múltiples errores. Me engañé con pleno conocimiento de causa en pos de lo que yo creía sería perfecto. No le quitaré crédito, él también me engañó otro poco. Pero al menos yo siento a mi favor el aprendizaje que obtuve de la experiencia. Deseo de corazón que él también se encuentre y replanteé como yo lo hice, y sin duda alguna le deseo que tenga felicidad.

                  ¿Que qué hice durante 2011?
                                                               Me rompí todita.

Así, una vez desmadejada, me ha tomado tiempo encontrarme un orden y concierto. Por lo cual, evidentemente, las cosas quedaron en lugares distintos o medianamente intercambiables. Esto ahora me resulta más práctico, de elegante sencillez. Me dejé bellamente desacomodada, es mi nuevo orden.

(...)

Más que un recuento de los daños, esto es una especie de recuento de las ganancias.

Uno de mis mayores descubrimientos fue la bendición de la amistad.
Reconstruí (sigo en ello) amistades que había dejado de frecuentar por la vileza de la vida diaria, de los "no tengo tiempo" que sólo eran disfraces del hastío, de la incansable rutina.
En este camino, gané una cantidad considrable de nuevos amigos, y pude profundizar en relaciones que sólo tomaban tintes de ocasionales. Nunca me había sentido rodeada de tanto cariño, de tanto apoyo incondicional.
Antes me parecía un gusto innecesario la amistad, algo reemplazable y dispensable. Ahora veo que, a expensas de sonar a lugar común, los amigos son parte fundamental de la vida aligerando la carga de la misma.
De esta manera, les doy un sincero G R A C I A S, por estar ahí. Por haber presenciado este pedazo de vida que acaba de pasar, juntos. De una o muchas maneras me siguen dando motivos no para reír, sino para mantener la carcajada abierta al día, como sea que se ponga.
     Gente linda como Kari, Esa Teresa, Lizane, Elena, Zairita (confidente invaluable), Artu, Antonio, Luiiiiiiiis, Diego, David, Eli (por supuesto y con especial cariño), Paco (una feliz novedá), Gerry...
Espero contarlos mucho rato más aquí.

Igualmente, me siento sumamente afortunada de tener de regreso -y que me hayan admitido- a mis saleros favoritos: Manuel (chinito de mi vida), Uriel (mi grajo favorito), Lizy (corazón flaquito), Faba (tan única como te recordaba)... Qué placer adicional adentrarme en la constante desazón de Yoslin, así como tener tan cerca a Mario y Celestino (siempre la vanguardia consigo), en demás delirios colectivos.

Como es de esperarse, en este rato probé en repetidas ocasiones la paciencia de mi bienamada familia, con lo que una vez más reiteré cuán estrechos son y permanecerán nuestros lazos. Timeless.

Así, 2011 fue mi año de transición, de replanteamiento.

Querido 2012:
 tú serás mi año de consolidación. 

Una vez compartido este breviario (que no breve) sólo puedo decir que me encuentro de brazos, mente y corazón abiertos para lo que decida, destino de por medio, vivir estos 360 y... 1 días que me queden de año.

Y a tí... sí, a tí:


Déjate venir.