lunes, octubre 20, 2014

La pinche hormona

La hormona. La muy pinche. Dice tu nombre aunque la dirija hacia los demás, puesto que no tengo opción.

Atacaste impredecible, destructivo, abrupto.
Como si no te hubieras ido nunca.

Hoy fue casi como tenerte de vuelta. Dios, mi corazón había estado muerto este mes, lo supe cuando se desbocó un poco por saber de ti.

Estoy tan desesperada... Pero no haré nada que te haga daño; aunque quiera hacerte daño tendría que hacerlo yo, con mis manos, nadie más. Nada más. Sólo me atreví a un breve mensaje. Una botella lanzada al mar virtual que trama nuestras vidas.

¿Escuchas mis canciones? ¿Lees mis mensajes? ¿Ves mis fotos?
Yo sí.

Te quiero. Te quiero. Te quiero. Te quiero.

       Necesito mucho una palabra más de ti.

domingo, septiembre 07, 2014

Final sin inicio I

Me dueles. Te pienso y me dueles.
Pienso si me piensas, si tendrás algún pensamiento para mi. Si de casualidad este dolor te duele. Si te duele que me duela.
Quisiera que sufrieras. Y si lo pienso también me duele un poco, pensarte atormentado, infeliz.
Pero así quisiste. Así dices poder. En verdad deseo que te arrepientas. Porque cuando te vea no quiero que todo sea como si hubiera pasado en un sueño, no quiero fingir que te quiero y te repudio. Olvidemos las palabras, necesitas ver mi cara, escuchar mi voz, para entender cuánto te detesto, cuán resentida estoy contigo, cómo no olvidaré todo lo que no hiciste.
En realidad no se qué pasará. No se si mi cara alcance a reflejar el atisbo de felicidad que implicaría verte, frente a frente. Pero incluso así, a la distancia, siento como se me desfigura el rostro de pensarte ahí, parado como si nada.

Es como si hubiera despertado de un sueño extraño y hermoso. Surreal, increíble. Como cuando sueñas algo padre pero sonríes con añoranza ante la certeza de que eso es simplemente imposible en la vida real.

No entiendo nada. Quiero creer que sí, preferiste entrar en razón, a pesar de que no es lo que deseabas hacer. Quiero convencerme (ya que no lo harás tu, no quisiste, no esta vez) de que lo hiciste con todo el dolor de tu corazón, que no había alternativa.
Pero siempre la hay. Siempre. Cuando decimos que no tenemos alternativa es en realidad que no queremos hacer nada más pero nos escondemos tras el sencillo "no puedo". Que las alternativas sean drásticas, radicales, difíciles de confrontar, por supuesto. Pero no son inexistentes.

Necesito sacar todo este veneno de mi sistema, eventualmente poder pensar en mirarnos sin poner cara de extremo resentimiento.
Pero creo que no te salvarás tan fácilmente. No te saldrá tan barata. Todo esto que me está pasando de una u otra forma has de pagarlo. No soy una persona vengativa, no te deseo ningún mal, sólo lo mismo que estoy sintiendo. Lo justo.

Ya pagaré yo mis cuentas por el respectivo dolor que he causado, o no se si en el pecado llevo la penitencia. Entonces estaré tablas.

Pero siempre te dije que lo valía, lo valías. Y sigo pensándolo. Solo no soporto la idea de que tú no.

domingo, enero 20, 2013

Toca

Toca afrontar. Toca la aguda realidad que implica dar la cara a la verdad, a la situación, al estatus ineludible bajo el cual se encuentra todo. No siempre podemos darnos el lujo de llenarnos la cabeza de ruidos para perder de vista la frase contundente que nos imprime palabras que habrán de ser dichas por los temerosos labios.

¿Qué permanece entonces? Sólo la verdad, flotando, impávida y burlona ante nuestras miradas largas.

lunes, diciembre 31, 2012

Madrugando

Creo que tiene que ver, a fin de cuentas, con todo este asunto del fin de año y el recuento de los daños el hecho de que escriba casi únicamente en estas fechas. Parece que a pesar de todo lo que me gusta la navidad no alcanzara a compensar con esto que pudiera describirse como melancolía.

En estas fechas también me siento un poquito sola.

Se me hace de repente imperiosa la necesidad de compañía sentimental con todo y el fastidio y monotonía que representa. Quiero la parte brillante, la novedosa, esa de cuando se mueve el estómago pensando tan sólo en la posibilidad de encontrarlo en alguna esquina, coincidental(inverosímil)mente por la calle de mi casa o en el camión. O en el super, a la salida del trabajo... Alguien para acostumbrarme a la misma postura, para quejarme de sus malos hábitos e incluso para incomprenderme. Alguien por conocer o conocido.

El próximo año que está por venir planeo algún que otro objetivo material y monetario, pero además de eso me (es)forzaré en una tarea más ardua y complicada: conocer alguienes. Aunque ya lo sabía, no he querido hacerme a la idea de que socializar más pueda traerme cosas buenas, o al menos nuevas. Así que ahí está, mi no-propósito para el 13 es abrir los ojos, la mente y los brazos (con suerte las piernas) a lo que el destino depare.

Lo pongo para no olvidarlo, como poner la foto de una delgadita en la puerta del refri para evitar romper la dieta.

Y si no lo hiciere así, que la sociedad me lo demande.

domingo, diciembre 23, 2012

Agudos y acumulados

He vuelto, porque llevo rato queriendo vomitar sonidos y nomás no me pongo. A fin de cuentas, hablar [escribir] implica denominar, delimitar, y no siempre se tienen ganas de eso. Pieeeenso y pieeeenso, y me harto de pensar, de dar vueltas nebulosamente en lo mismo, en nada.

(1)

Trato de no pensar en él, porque me mojo.

(2)

Me siento en un limbo extraño en el cual pretendo jugar a ser adulto sintiéndome una absoluta adolescente... Tu turú turú.

(3)

Evado, evado, evado. Lo mío es evadir. Y me odio cuando hago esto, me odio todo el tiempo.

(4)

Me encantaría tener ese... don de la premonición, porque de ser así ya me habrías besado unas cinco o diez veces.

(5)

Me conozco, y sé que me asustarías de acercarte a mí. Pero no por eso escatimo esfuerzos para encontrarte, manteniendo esta fantasía continua en la que tus sonrisas son iguales a las mías, tus piernas se debilitan con las mías, mis pensamientos nocturnos te llaman hasta tu cama. Lo mejor es cuando alucino que te tocas como yo me toco y te excitas como yo me excito: se me enchina la piel.

(6)

Tengo unas ganas MAYÚSCULAS. Me pone de buenas saber su estatus, que no necesariamente implica que tome cartas en el asunto... Pero me da un rato más, una prórroga de pensamientos.

(7)

A veces creo que la mejor solución sería romper todo, pues.

(8)

Salí única para el cilicio, no había notado lo evidente que resulta.