domingo, octubre 02, 2011

Sucedánea de arista

¡Vámonos a donde el sol no pegue! A aquel rincón oscuro que llamamos habitación.

                                 -Vamos a esa madriguera nuestra.
Entiérrate, rebusca, revuelve la matriz de las emociones.
(La invitación me encanta, es de las mías)
 
Yo le llamo habitación a tu receptáculo de sonidos y caricias.
                                                                       A tu conservorio hueco de piel cansina.
 
  Deja que las sales del sudor cristalicen en los poros, 
         que nos disgreguen, nos vuelvan polvo.
Soplarnos mutuamente, para volar, volar, y ser nube efímera. 
Partículas con partículas de grises tonalidades, en el espacio 
que nos creamos para ser.

Por ahí dicen que a lo que te truje...
Y se me da ser Chencha, 
   o chacha, 
      o chucha.




Ranteos medianochezcos en complicidad con mi querido Maggoz. 
Para nadie, para variar y jugar sobre las líneas.

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