domingo, octubre 09, 2011

Sobre esa clase de hombres

Y bien, es algo tardecito (o tempranito) y terminé "Los hombres que no amaban a las mujeres".

A mi me pasa que siempre que acabo un libro siento que me han quitado un pedacito de mí. Ahorita estoy en pleno drama adolescente en mi fuero interno. Analizándome, me doy cuenta que yo vivo una suerte de extraño enamoramiento exprés con cada libro que cae en mis manos.
Para no hacerlo largo, lloro los restos de humedad. Me molesta terminar los libros porque es mi particular break-up, el fin de mi idilio con ese pedacito de vida que alguien me dejó en palabras impresas. Este libro cuenta con el plus de que, en efecto, busca aventar un corazón roto a las tribunas, así que mis sentimientos están de lo más trastornados. La pobrecita de Sally, oh Sally, dejada ahí al olvido. Si ella llorara, si yo llorara, lo haríamos juntas. En cambio, me encuentro medio insomne repasando todo lo que pasó, porque merece la pena.

A mi gusto, el libro arrancó débil pero es que era necesario establecer muchos antecedentes, así que se justifica. Además, se entiende el ritmo porque no deja de ser un libro de misterio, de intriga, busca arrastrarte con la trama. Así que en determinado momento empieza un ritmo vertiginoso que no cambia de velocidad mas que para aumentar.
Al final, como buena serie, deja abierta la puerta. Estos libros los siento muy riesgosos porque si no tienen una buen cierre, no te convencen de seguir leyendo aunque todo lo demás haya sido bien manejado. La narrativa es fácil debido al género, y pienso que se mantendría burda o sosa de no ser por los excelentes personajes y los diálogos tan acertados que se presentan. Me gusta que los personajes tengan que lidiar con más de un problema a lo largo del libro, porque desarrolla sus personalidades con más complejidad y torna la historia mucho más creíble. En especial me encanta una de las frases de Mikael: "...porque esto no es ninguna de esas malditas novelas de detectives donde todas las piezas tienen que encajar". Me dio risa, fue como una frase autocomplaciente de Larsson, el autor, para dejar -y dejarse- claro que esto no era como Quién mató a tía Agatha, Clue o una situación por el estilo. Como novela de crímenes e intrigas, está verdaderamente buena. Y presiento que como serie también lo estará.

Así que, mientras me repongo a la tristeza de haber cerrado el mamotreto (el Rompimiento), recomiendo ampliamente Los hombres... 
Cuando resane el cachito de corazón que se me fue, buscaré a La chica...

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