La hormona. La muy pinche. Dice tu nombre aunque la dirija hacia los demás, puesto que no tengo opción.
Atacaste impredecible, destructivo, abrupto.
Como si no te hubieras ido nunca.
Hoy fue casi como tenerte de vuelta. Dios, mi corazón había estado muerto este mes, lo supe cuando se desbocó un poco por saber de ti.
Estoy tan desesperada... Pero no haré nada que te haga daño; aunque quiera hacerte daño tendría que hacerlo yo, con mis manos, nadie más. Nada más. Sólo me atreví a un breve mensaje. Una botella lanzada al mar virtual que trama nuestras vidas.
¿Escuchas mis canciones? ¿Lees mis mensajes? ¿Ves mis fotos?
Yo sí.
Te quiero. Te quiero. Te quiero. Te quiero.
Necesito mucho una palabra más de ti.